jueves, 1 de diciembre de 2011

NVA

¿Cómo encontrar el nivel de vinculación adecuado?, si cuando crees que lo has encontrado se desvanece, si cuando vuelves a estar segura te explota entre las manos.
El nivel de vinculación adecuado es el que delimita en todos los aspectos que esa persona te completa, sin embargo no somos máquinas, no podemos meternos los parámetros en nuestro miniordenador y determinar cuando sí y cuando no hay un nivel adecuado.

Si al pensar en una persona no se te ocurre mirar a un futuro sin ella, pero sin embargo tampoco con ella, ¿se trata de la historia del perro del hortelano? ¿o simplemente es una falsa conexión, un error en Matrix, que nos hace creer que hay conexión cuando realmente no esta ahí?

Cuando la conexión es adecuada y se forma un único ser, los dos deberían sentirse uno, uno contra el mundo, un único ser capaz de vencer a todas las adversidades que pretendan romper esa unión, creando una coraza que proteja esa frágil y valiosa cuerda de hilo que los une. Pero si una de las partes se separa de la coraza, se aleja aunque sólo sea un momento, los malvados enemigos entran sin piedad para atacar ese hilo de unión, y la otra persona sola, por fuerte que sea, por mucho que sienta en su interior la fuerza de la lucha, cae derrotada ante lo inevitable, ve romperse esa conexión con ojos acristalados por las lágrimas, mientras cae al vacío, lejos de esa persona con la que se sujetaba y que una vez se separo.

Ahora sólo queda balancearse sola bajo su trozo de cuerda, y esperar que otro ser quiera compartirla, deseando que ahora sí, que de verdad se produzca ese nivel de conexión, pero inevitablemente preparándose para una posible caída, pues es posible que no haya dos sin tres, y es posible que nuestro reto sea ser malabaristas en esa cuerda, sorteando las desavenencias de la vida.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Siempre hacia adelante

Como dice una bonita fábula, el amor es ciego y está guiado por la locura. Pero en determinadas ocasiones, el amor, o su equivalente físico, el corazón, debe dejarse guiar por la razón, por la cabeza, y considerar que es lo que le va a hacer sufrir menos, aceptar que no todo es posible, que, como dice una bonita canción, o aprendes a querer la espina o no aceptes rosas.
La vida pasa en un suspiro, la vida es eso que pasa mientras haces otros planes, la vida pasa mientras te lamentas por un añorado pasado que no tiene solución.
Si, como bien dicen: si un problema tiene solución no hay que preocuparse, y si no la tiene ¿porqué preocuparse?; entonces… deberíamos no dejar escapar esos maravillosos segundos, esos momentos suicidas que no volverán jamás, el ahora no volverá a existir y el mañana es un ser extraño e incierto que nos aterra y nos atrae por igual.
Siempre estamos o añorando el pasado o pensando en como actuar bien en el futuro, planificando nuestra vida, cuando en realidad por mucho que planifiquemos no todo está en nuestro mano. El pasado no se puede cambiar y el futuro no depende únicamente de nosotros, lo único q podemos vivir, disfrutar y aprovechar es el hoy, sin embargo es algo que comúnmente olvidamos.
En base a ello, dejemos que actúe el corazón si queremos, o la cabeza si éste ya ha sufrido demasiado para seguir ese camino, pero no nos lamentemos, intentemos seguir hacia adelante, intentemos llenar nuestra vida de “ahoras”, de momento mágicos que podamos disfrutar, de alegría y no de pesares, para, como dice una gran película, no llegar al momento de la muerte y darnos cuenta de que no hemos vivido.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Cadenas sociales


El otro día estuve en un conocido centro comercial, era un día lluvioso y, como siempre pasa con días como esté, la gente se abarrotaba en su interior como hormiguitas en su madriguera. Me dediqué a mirar los rostros de los allí presentes, y me percaté de las caras largas, sombrías y pesadumbrosas de las parejas casadas y con hijos, como si arrastraran constantemente una carga que les impidiera ser felices.

Sin embargo, sin ánimo de generalizar pues de todo hay un poco, los solteros, ya sea por la necesidad de estar siempre divinamente preparados por lo que pueda aparecer o por no soportar la carga, íbamos erguidos, con la cabeza alta, y bien peripuestos, disfrutando del día, sea como fuera.

Tal vez sea que veo demasiado una popular serie de televisión, o que la vida va dejando mella en mi pero, sea cual se la causa, empiezo a ver las ventajas de esa soltería arrogante e independiente de los que saben disfrutar la vida sin tapujos. El poder estar un día cualquiera en un lugar cualquiera, en este caso el centro comercial, y disfrutar de ello, hacer en cada momento lo que el cuerpo me pida. Mientras no dejaba de mirar esas caras cansadas, preguntándome si ese es el futuro que nos espera a todos, si esa finalidad que la sociedad nos impone es realmente por nuestro bien o si con el tiempo sólo nos hace más tristes y malhumorados.

Me pregunto asimismo si realmente la gente se casa por amor o por el contrario sienten eso que hacen llamar reloj biológico y se casan sin pensarlo, en este caso tendrían sentido esos rostros tristes; es como cuando de pequeño tienes que hacer los deberes, sí, los haces, pero no estás feliz por ello, no es lo que llena tu vida de momentos felices.

Entonces…. ¿No será que nos estamos encabezonando en que la vida feliz y nuestro objetivo es tener una pareja y ser feliz, cuando la verdadera felicidad está en nosotros mismos? Tal vez la finalidad no es ese ideal americano de los años 40 de familia feliz sino la que cada cual quiera para sí mismo, la que a cada uno nos vayan dictando nuestros pasos, sin preocuparnos de lo que el “código” social determina.
Como dice un popular dicho, “no sueñes tu vida, vive tu sueño”, haz lo que te plazca, disfruta de la vida, y no te dejes atar a ninguna cadena porque la sociedad lo imponga.

miércoles, 24 de agosto de 2011

CARPE DIEM

La vida es un espejismo por el que nos movemos sin saber realmente donde nos encontramos.
La vida no te espera, ni te deja parar a pensar; las horas y los minutos pasan volando mientras tu cuerpo se pregunta en que momento tomó la vía equivocada, pero ni siquiera tiene tiempo para tomar una nueva salida porque se ve arrastrado por esa marea de sentimientos y situaciones.

¡Quien tuviera un delorean para volver atrás en el tiempo!, o tal vez ir al futuro para saber cual es la mejor opción a tomar ante una encrucijada, o simplemente al menos detener el tiempo para poder pensar con tranquilidad sin que esos minutos y horas sigan su camino imparable hacia la nada, pues el “ahora” sólo dura un instante, una vez pasado ya es futuro, y el futuro no está marcado sino por estos “ahoras”.

Así que, al plantearse una situación complicada, una de esas en las que quisieras detener el mundo para saber que decidir, para no seguir hundiéndote en el barro, para tener la certeza de que tus pasos son seguros, no puedes hacerlo, debes ir a trompicones, marcando con timidez la línea de tu vida, aquella que quisieras estar seguro de pisar, pero que en realidad sólo vas de puntillas saltando de lado a lado, y pensando sobre la marcha donde apoyar con firmeza el paso. Tal vez ese paso sea equivocado, tal vez debamos caernos y volver a empezar; o tal vez no, tal vez haya, entre esa maraña de pasos, algunos buenos que nos deparen un camino de esperanza.

Pero como dijo un gran cantautor, para que regresar si lo importante es aprender, así que aprendamos de los errores, o al menos no los magnifiquemos, pues somos simples mortales intentando coger el camino correcto dentro de la marea. 

Simplemente actúa, carpe diem

miércoles, 10 de agosto de 2011

SIGA BUSCANDO

Como si de un rasca se tratara, o de aquellos polos de nuestra infancia que devorábamos ávidamente con el deseo de encontrar un premio en su tradicional palo de madera, el cual no solía ser más que otro polo de regalo o algo igual de insignificante pero que para nosotros suponía una alegría inmensa tal como si nos hubiera tocado el euromillón, aunque en la mayoría de ocasiones nos topábamos con esas dos palabras que nos indicaban que esa vez la suerte no nos esperaba, con esas dos palabras que rompen esa ilusión inicial: “siga buscando”; pues en esa misma tesitura vamos consumiendo la vida, queriendo vislumbrar premio en ese nuevo palo pero solo encontramos el temido “siga buscando”.

Esto ocurre en todos los ámbitos, pero donde más acuciantemente lo sentimos es en los temas del corazón. Conoces a alguien, tu primer amor, el cual todos pensamos q durará toda la vida, pero que bien lo recogió aquel cantautor cuando dijo “el amor es eterno mientras dura”, pues aquello que parecía q jamás iba a morir desaparece sin previo aviso. Pero uno no decae y sigue buscando, pues para eso el palo de madera no te dice que te rindas, sino que sigas, q está en algún sitio esperándote, así que encuentras un nuevo amor, nuevas ilusiones, y piensas: ahora sí, ahora sí m parece que pone premio; como cuando no te habías acabado el polo pero por la letra que se empezaba a vislumbrar estabas seguro de que tenía que poner “premio”; pero al igual que en aquel en este tampoco lo conseguimos, y en el palo no pone la deseada palabra sino un nuevo “siga buscando”. 

Derrotados levantamos la cabeza una y otra vez, intentando una nueva lucha, cada vez más cansados, cada vez más pesimistas, con menos ilusión y más resignación. Y nos preguntamos si algún día nos tocará ese premio, si algún día podremos disfrutar realmente de un amor eterno, o si tal vez eso es un placer sólo reservado a los dioses del Olimpo y nosotros, simples mortales, debemos conformarnos con esas pequeñas dosis de paraíso celestial que salpican nuestra vida para dejarnos con esa sensación de vacío interior.

Se dice que “no hay batalla perdida sino la que se abandona”, así que seguiremos buscando, tal vez, en algún lugar este esperando esa pieza de puzzle, esa que sin duda encaja perfectamente y con la q crear un solo ser con el que vivir en armonía por toda la eternidad; y.. si no lo conseguimos… al menos no nos habremos rendido, y habremos pasado por esta vida, buscando como luchadores y con la cabeza bien alta (mejor morir de pie que vivir siempre arrodillado).

Pd Mis más sinceras felicitaciones para los afortunados que consiguieron el palo premiado
Para el resto: siga buscando

jueves, 17 de marzo de 2011

el secuestro

Me habían encomendado la tarea de tramitar unos asuntos bancarios, así que a primera hora de la mañana me acerqué al edificio central donde debían darme los pasos a seguir, era una construcción enorme con cierta similitud al centro comercial que se encuentra en Picadilly Circus (Londres). Pensé que los trámites no me llevarían más de una hora, pero, como siempre que se trata con estos organismos o similares, me equivoqué, y lo que en apariencia era algo muy sencillo me llevó casi toda la mañana. Pero pasemos a los hechos, entré cautelosamente en esa construcción estilo londinense y, una vez aclarado a que piso dirigirme, subí por las escaleras mecánicas, para encontrarme con un montón de personas que me iban redirigiendo de un sitio a otro, hasta que al final conseguí que me explicaran mi cometido, era bien simple, ir a la oficina principal de la CAM, situada en Avdas. y hacer una transferencia, así que allí me dirigí.
Pero, en un momento de la historia, creo q tras realizar la mencionada transferencia, aunque hay datos en los sueños al igual que en las películas que se pasan por alto al no ser importantes para la historia, fui raptada junto con Alex.
Nos llevaron a un chaletito un tanto alejado de la civilización, aunque no sabíamos donde nos encontrábamos exactamente, sí veíamos por la ventana como, bajo el montículo en el que estaba situada la casa se veían unas casitas, demasiado alejadas como para oír nuestras súplicas de rescate.
Nuestra secuestradora, una señora que debía rondar los cincuenta años y que no dejaba de tener cierta similitud con Kathy Bates en Misery, nos dijo que no nos preocupáramos, que ella se encargaría de que no nos faltase de nada y lo único que teníamos que hacer era obedecer sus órdenes. Nos miramos con una mezcla de preocupación y sorpresa, preguntándonos como podíamos haber llegado a encontrarnos en esa situación.
Pasaron los días, dormíamos en una gran habitación perfectamente decorada y una enorme cama, era cierto que no nos faltaba de nada para nuestra subsistencia, incluso podríamos decir que disfrutábamos de ciertos lujos que no teníamos en nuestra vida cotidiana, pero… no éramos libres y eso nos corroía por dentro.
Un par de semanas después de nuestra llegada trajeron una nueva secuestrada, una chica más joven que nosotros, rubia y guapa, la cual estaba muerta de miedo sin saber donde se encontraba, la pusimos al día de la situación y seguimos con nuestra rutina de servidumbre.
Unos días después de este suceso vimos un pequeño claro de luz, una posibilidad de huir de esa cárcel. Eran las fiestas de la zona e iba a tener lugar esa noche los típicos festejos, verbena, feria con sus puestecitos,… había llegado el momento de trazar un plan y todos lo sabíamos. La señora, muy amablemente, nos dijo que nos dejaría acudir sino tuviera miedo que nos escapáramos, es decir que si no podíamos ir a los festejos era únicamente culpa nuestra, pero que, a pesar de ello, nos prepararía un buen banquete para que cenáramos mientras ella estaba fuera. De modo que así fue, pero… cuando ella bajo al pueblo nosotros no seguimos con la rutina obligatoriamente establecida sino que, siguiendo nuestro propio plan y marcando nuestro propio destino, luchamos contra las cadenas metafóricas que nos ataban en esas cuatro paredes. Logramos salir, no sin superar ciertas trabas y forzar algunas cerraduras, pero una vez fuera sentimos el tan ansiado aire en nuestro rostro. Aunque de buen grado nos hubiéramos quedado disfrutando de ese momento de felicidad sabíamos que debíamos correr, salir de ahí lo más rápido que pudiéramos antes de ser descubiertos y perder nuestra oportunidad de ser libres. Así que nos lanzamos ladera abajo tan deprisa como nuestras piernas nos permitían.
Al llegar abajo, cuando ya veíamos la salida de esa dimensión infernal, un tipo obviamente contratado por la bruja secuestradora salió en nuestra búsqueda, no sabíamos q hacer, era más alto y más fuerte que nosotros, pero estábamos tan cerca de conseguirlo que no podíamos creer que eso estuviera ocurriendo.
En el último momento, cuando el tipo ya nos pisaba los talones, Alex tuvo un gesto de valentía, se lanzó contra el tipo permitiéndonos huir a la chica rubia y a mi. Fue un breve respiro, en el que apresaron a Alex y nosotras pudimos coger un poco de ventaja, la suficiente para llegar a una zona transitada y parar a un hombre para contarle lo sucedido, pero… cuando nos giramos para indicarle al hombre que nos perseguía, para ayudar a Alex y sacarlo de ahí, ya no había nadie, todo había desaparecido como si de un espejismo se tratara, y aquel hombre siguió su camino tras tomarnos por dos locas, o tal vez por dos bromistas.
Sabíamos que, a pesar de todo, debíamos alejarnos del lugar, así que caminamos un día entero hasta que, exhaustas por la caminata y la tensión soportada, llegamos a mi casa.
Antes de subir las escaleras prometí en voz alta que debía volver para salvar a Alex, pues él había dado su vida, su libertad, por salvarnos a nosotras, y no podía dejarlo abandonado a su suerte y olvidarlo todo sin más.
Subía las escaleras con esa idea en la cabeza e intentando trazar un plan mientras mi compañera me decía que estaba loca, que volver era un suicidio.
Tocamos a la puerta y mi madre nos abrió con gran alegría, y justo tras ella, como un espectro, apareció él, Alex, bien vestido y con cara de circunstancia. Mi sorpresa se transformó en alegría y me aferré fuertemente a su cuello preguntándole una y otra vez como había podido escapar; pero mi dicha se transformó rápidamente en desesperación cuando me dijo que no había escapado, simplemente había hecho un trato con la malvada mujer por el que le dejaría verme una última vez, comprobar que me encontraba bien, entonces volvería y se sometería a ella y sus reglas, no intentando nunca más volver a escapar, a cambio ella prometía dejarnos vivir nuestras vidas en paz.
Le contesté, entre lágrimas y desesperación, que no volviera, ahora que había conseguido salir no podía volver a entrar. A lo que él replicaba que si no volvía nos haría la vida imposible y no sólo a nosotros sino también a nuestra familia. Yo le seguía diciendo que nada eso importaba, que escaparíamos, nos esconderíamos donde nadir nos pudiera reconocer ni localizar.
Pero… Bip Bip Bip sonó el despertador, dejándome con la incertidumbre de ese final inconcluso.

viernes, 4 de febrero de 2011

La Hoja

Estaba en una comida familiar con Alex, hablando tranquilamente. Tras la correspondiente sobremesa, todos nos levantamos y cada cual tomó su propio camino.
Cuando me quise dar cuenta Alex ya no estaba a mi lado, intenté buscarlo por todas partes pero no aparecía.
Así que me fui a la oficina de personas desaparecidas, había una cola enorme, así que me tuve que quedar allí esperando, los especialistas se encontraban tras una puerta automática negra que dejaba pasar a la gente con cuenta gotas; cuando llegó mi turno entré, me hicieron una seria de preguntas y me dieron una ficha que debía rellenar, una vez hecho eso me enviaron a otra habitación donde me darían datos concretos de lo que debía hacer.
En el sitio donde me habían enviado se encontraban dos personas, una especie de científicos locos pero en los que sabía que debía confiar si quería conseguir mi objetivo. Mi dirigí hacía ellos y, tras la presentación de rigor, les entregué los papeles que me habían facilitado en la oficina, los miraron fijamente y me dieron unas órdenes claras y concisas: para dar con el paradero de Alex debía traerles una hoja de un árbol, grande y entera.
Salí de allí tan deprisa como pude para cumplir con mi cometido. El suelo estaba lleno de hojas, pero o estaban rotas o eran pequeñas, en un principio había pensado que la tarea sería sencilla sin embargo iba a ser algo más complicado. Mientras estaba en busca de la requerida hoja me topé con los abogados con los que estuve de pasante, nos saludamos religiosamente como se hace con una persona que hace mucho tiempo que no ves y con quien, al fin y al cabo tampoco tienes nada que contarle, pero con quien las ideas sociales que nos han inculcado te obligan a ser cortés; así que tienen lugar las típicas preguntas de cómo estás, donde trabajas,… y en cuanto puede cada uno sigue su camino sin mirar atrás, sin molestarse realmente en que será de esa persona.
Comenzaba a desesperar en la búsqueda, ya no sabía a donde ir y mis nervios comenzaban a alterarse cuando apareció un nuevo conocido, Fina (una compañera de trabajo), me pidió que hacía y yo simplemente le dije que dando una vuelta, no quería enredarme en explicaciones que tal vez ni siquiera entendería, después de una breve conversación seguí mi camino y ella el suyo.
Por fin hallé la hoja adecuada, la que serviría en el experimento, o lo que fuera que hicieran esos investigadores, pero la cuestión es que iba a conseguir desvelar el misterio.
Regresé corriendo a la oficina para entregarles la hoja cuando ops! Sorpresa! Allí dentro se encontraba Fina, la que me había encontrado por el camino; me dijo que porque no le había contado lo que buscaba, que entró por casualidad y los investigadores se lo dijeron, y que ella tenía muchas hojas, así que ya habían comenzado a poner la maquinaria en marcha.
Pipipipi Pipipipi despertador sonando

lunes, 10 de enero de 2011

LOST

Estábamos en un momento indeterminado de nuestra historia aún por venir, en el que el futuro de todas las personas se podía ver a través de unas televisiones ubicadas en diferentes salas a lo largo de la ciudad. Al principio la gente abarrotaba las salas, sin embargo con el tiempo fue perdiendo interés y la gente volvió a sus rutinas y a esperar que el futuro llegara en su momento.
Un motivo de esta pérdida de interés fue que el  futuro no se mostraba directamente sino como en una serie de acertijos o enigmas, a través de imágenes y palabras entrecruzadas, en los q tú debías averiguar lo que pretendían decirte.
Estaba yo frente a una de esas teles, en una sala enorme con mucha más gente, intentando descifrar los enigmas de mi vida, cuando de repente vi como sería acusada de un delito.
 De repente, sin saber muy bien como, acabé en un montículo en medio de un descampado, rodeada de políticos; todos ellos, al haber descubierto en las pantallas que sus delitos saldrían a la luz, iban negociando con una especie de abogados que pasos dar para librarse de todo.
Volví a la sala de las pantallas para intentar averiguar algo más de lo que me esperaba, con lo poco que pude deducir me fui corriendo a visitar a un amigo que trabajaba en los juzgados. Allí tenía todos los datos sobre mi acusación, delito que yo no había cometido pero del que a ciencia cierta iba ser condenada; así que con una serie de cajitas cuadradas fue trastocando los datos de modo que constase como que ya había cumplido la condena, quedaría en mi expediente pero me libraría de cumplirla realmente, así que, no pudiendo conseguir algo mejor, salí aliviada del lugar.
Volví de nuevo a la sala para comprobar que el sistema hubiera detectado la solución, estando allí sentada intentado descifrar los enigmas que mostraban las imágenes y las palabras confusas, la mente se me abrió de repente y descubrí la verdad de todo, del mundo, de mi mundo, y… (ahí va la paranoia) de “perdidos” (sí, es q ahora, después de todo el mundo, estoy viendo yo la serie:p)