Como si de un rasca se tratara, o de aquellos polos de nuestra infancia que devorábamos ávidamente con el deseo de encontrar un premio en su tradicional palo de madera, el cual no solía ser más que otro polo de regalo o algo igual de insignificante pero que para nosotros suponía una alegría inmensa tal como si nos hubiera tocado el euromillón, aunque en la mayoría de ocasiones nos topábamos con esas dos palabras que nos indicaban que esa vez la suerte no nos esperaba, con esas dos palabras que rompen esa ilusión inicial: “siga buscando”; pues en esa misma tesitura vamos consumiendo la vida, queriendo vislumbrar premio en ese nuevo palo pero solo encontramos el temido “siga buscando”.
Esto ocurre en todos los ámbitos, pero donde más acuciantemente lo sentimos es en los temas del corazón. Conoces a alguien, tu primer amor, el cual todos pensamos q durará toda la vida, pero que bien lo recogió aquel cantautor cuando dijo “el amor es eterno mientras dura”, pues aquello que parecía q jamás iba a morir desaparece sin previo aviso. Pero uno no decae y sigue buscando, pues para eso el palo de madera no te dice que te rindas, sino que sigas, q está en algún sitio esperándote, así que encuentras un nuevo amor, nuevas ilusiones, y piensas: ahora sí, ahora sí m parece que pone premio; como cuando no te habías acabado el polo pero por la letra que se empezaba a vislumbrar estabas seguro de que tenía que poner “premio”; pero al igual que en aquel en este tampoco lo conseguimos, y en el palo no pone la deseada palabra sino un nuevo “siga buscando”.
Derrotados levantamos la cabeza una y otra vez, intentando una nueva lucha, cada vez más cansados, cada vez más pesimistas, con menos ilusión y más resignación. Y nos preguntamos si algún día nos tocará ese premio, si algún día podremos disfrutar realmente de un amor eterno, o si tal vez eso es un placer sólo reservado a los dioses del Olimpo y nosotros, simples mortales, debemos conformarnos con esas pequeñas dosis de paraíso celestial que salpican nuestra vida para dejarnos con esa sensación de vacío interior.
Se dice que “no hay batalla perdida sino la que se abandona”, así que seguiremos buscando, tal vez, en algún lugar este esperando esa pieza de puzzle, esa que sin duda encaja perfectamente y con la q crear un solo ser con el que vivir en armonía por toda la eternidad; y.. si no lo conseguimos… al menos no nos habremos rendido, y habremos pasado por esta vida, buscando como luchadores y con la cabeza bien alta (mejor morir de pie que vivir siempre arrodillado).
Pd Mis más sinceras felicitaciones para los afortunados que consiguieron el palo premiado
Para el resto: siga buscando
Estabas muy inspirada eh :) me encanta tu escrito, es fabuloso. Muy bien estructurado, muy bien narrado, muy bien explicado y muy emotivo. ¡Bravo!
ResponderEliminarAl respecto pienso que, el amor no se busca, se encuentra. Que yo estoy como tú Tati, y muchas personas igual que nosotros. Que últimamente pienso en un consejo que me dio una persona: "haz lo que te guste" y quizás así aparezca alguien nuevamente, pero obsesionarnos en que para ser feliz necesitamos a otra persona nos llevará sin duda a la perdición. Te lo digo con conocimiento de causa.
La vida, a pesar de todo, es bella si se plantea como tal. Si adoptamos la postura positiva y desinteresada por vivirla sin más y disfrutarla al máximo exponente, siempre nos irá todo mejor.
"La vida quiere vivir, no morir".
Suerte en tus nuevos hallazgos y un besito de parte de otro desconsolado más.
:))
Sí,bueno, el amor se encuentra, pero... si no lo ayudamos un poco... no creo q venga a tocar a nuestra puerta. Pero sí, estoy de acuerdo en que hay q vivir la vida y disfrutarla en la medida de lo posible con las cartas que nos han tocado, intentando no obsesionarse.
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