jueves, 5 de julio de 2012

A 3 M S C


A 3metros sobre el cielo, aunque sea una cursilada, aunque sea un tópico, aunque no sea más que una utopía inalcanzable como todas, queremos sentirnos a 3 metros sobre el cielo. No estoy hablando de volubles palabras de enamorados, ni de automatismos sociales, sino de verdaderos sentimientos.

Sí, puede sonar infantil, y posiblemente lo sea, pero… ¿quién dijo que obligatoriamente debíamos hacer como Wendy? A lo mejor no queremos traicionar a Peter Pan.

Como dice una canción no quiero hacerme grande y traicionar un sueño, aunque cada vez sea más difícil no dejarse llevar por la comodidad y el conformismo, por aceptar el “es lo que hay”. Pero… ¿no son esas ilusiones banas, esa ilusión por conseguir nuestras propias utopías las que nos ayudan a luchar cada día? Si perdemos el espíritu de lucha perdemos nuestra chispa.

Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver dijo James Dean; no creo sea necesario llegar a esos extremos pero sí vivir con pasión, con emoción; sentir la necesidad de lanzarse a los brazos de alguien con solo verlo llegar.

Y, aunque la película no merezca ninguna mención especial, y guarde ciertas peculiares similitudes con la clásica “dirty dancing”, sí me ha llevado a recordar determinados momentos vividos, presentes y pasados.

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