Cuan larga es la espera cuando esperas, cuando hay cosas que no dependen de
ti, cuando no sabes si debes estar alegre o triste, cuando tus estados anímicos
dan brincos de un lado a otro. Quieres pensar en positivo, pero ese
contrapunto, esa posibilidad de lo contrario te acecha por la espalda y no t
deja respirar.
Es mejor hablar las cosas en frío dicen algunos, tal vez sí sea algo más
reflexivo y racional, pero los nervios y la incertidumbre que te han carcomido
durante esa larga espera también deberían contar.
Supongo que uno de los grandes errores es pensar demasiado, darle
demasiadas vueltas a las cosas, mejor esperar y que las cosas vengan como hayan
de venir, todos deseamos que bien pero lamentablemente eso es algo que se
escapa de nuestro designio.
Y, si como bien dicen, si un problema tiene solución no te preocupes, y si
no lo tiene ¿por qué preocuparse?, entonces lo ideal sería dejarse llevar por
la marea y por lo que la vida nos vaya deparando.
Pero… aún así, es inevitable el divagar, el plantearse qué pasará, que hay
detrás de la espera, qué hay detrás del muro, si hay algo más detrás de la
superficie que vemos, o por el contrario solo es una simple capa de polvo que
se va con un simple soplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario