jueves, 26 de enero de 2012

Siempre hay luz al final del camino


A veces cuando vamos andando nos parece que el camino desaparece, que caminamos por en medio de un frondoso bosque sin saber si simplemente estamos dando vueltas en círculos.
En otras ocasiones está todo tan oscuro que caminamos a ciegas, poco a poco, con las manos por delante, palpando con los dedos para no chocar con nada, y aún así acabamos tropezando, pero de cada tropiezo nos levantamos más fuertes y con una nueva experiencia aprendida.

Porque lo importante es no pararse, seguir nuestro propio camino, nuestro propio sendero que vamos construyendo con nuestras pasos, nuestras decisiones y nuestras ideas.
Lo importante es aprender a casa paso, todos los caminos marcan nuestra vida y nos hacen como somos; porque hay que recordar que al final en el bosque oscuro volverá a brillar la luz, y que el bosque espeso se transformará en sendero y ojalá que algún día se convierta en un gran camino bordeado de amapolas rojas donde el sol luzca como nunca.

Pero sí, siempre hay luz al final del camino, no debemos olvidarlo, debemos ser positivos, aprovechar cada momento, recordar que vida sólo hay una, que nada ni nadie debe hacer que la dejemos pasar de largo, y que siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos a volver a ver la luz.

1 comentario: