jueves, 20 de septiembre de 2012

Aprender a valorar



Aprender a valorar que tenemos trabajo, aunque no sea fijo.

Aprender a valorar que vivimos.

Aprender a valorar las personas que nos acompañan en la vida.

Cuando sientes que una persona te complementa, que llena unos vacíos que había en tu vida, que ilumina tus días, y es la razón por la cual te levantas cada mañana, quisieras compartir un mismo corazón, quisieras ser la dueña de esos labios y compartir las noches con su espíritu.

Pero, aunque la película tenga razón y lo mejor que te puede pasar es amar y ser correspondido, si esa persona decide acompañar nuestra vida con su amistad también debemos valorarlo. Que el no poder tener el todo no nos ciegue de la parte. Que aunque cada mañana soñemos con poder rozar su piel aprendamos a valorar su compañía, su presencia que alegra nuestra vista, sus palabras que endulzan nuestros oídos y su olor personal que nos hace sentir, por esos breves momentos, lo que es la felicidad.

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